Todas las evidencias comprobables demuestran que el ecosistema informativo colombiano está afectado por lo que técnicamente se denomina Disinformation. No debe existir duda de ello.
Para muchos actores es un tema que no se debe tocar. Principalmente aquellos que tienen algún tipo de ganancia en medio de la intoxicación informativa que vive la nación.
La mayoría de la opinión pública interconectada no entiende las consecuencias de lo que vive . En mi opinión personal es una situación grave que incluso pone en riesgo la vida de personas.
Todos los análisis de expertos en los últimos 10 años han advertido que mediante el uso de diversas técnicas de desinformación diversos actores logran desestabilizar, incluso, instituciones civiles. Acciones que ya están pasando en Colombia.
Los expertos advierten que de no entender las consecuencias que produce la Disinfo se puede llevar a un país entero a estados de polarización de tal magnitud que se pueden producir heridos y enfrentamientos. Generación de violencia. Temas que ya están sucediendo en el país.
La desinformación en el país es de tal magnitud que contenido digital está inflamando tensiones étnicas y religiosas. La dis, mis y mal information se ha convertido en un negocio lucrativo para ciertos actores. Todo lo anterior ya está sucediendo en todas las ciudades de Colombia.
Parece apenas racional y lógico que, desde lo público, se aborden técnicamente asuntos de los cuales existen muy pocas referencias y estudios en Colombia. Es tal el nivel de ignorancia del tema que se acuñan términos como ‘Bodegas’ o Fake news para explicar fenómenos que no se sabe a ciencia cierta qué son.
Desde hace varios años he intentado especializarme en el estudio de la Desinformación.
Públicamente he utilizado mis canales digitales para mostrar como actores de todo tipo quieren modificar la opinión pública. Por supuesto me he equivocado, pero en todos los ejercicios que he hecho públicos he intentado tener rigor profesional, lo hago sin ánimo de lucro y con el objetivo de aplicar los conocimientos que he desarrollado en los últimos años. Conocimiento conceptual y técnico.
Mi interés no ha sido más que aportar un grano de arena para comprender fenómenos que no entendemos y que, puedo decir sin dudas, están afectando al país y a todos aquellos que utilizan Internet en Colombia.
No soy un gurú digital que sabe todo lo que se debe hacer en materia desinformativa. No desconozco los múltiples esfuerzos que desde la sociedad civil se han hecho en Colombia para combatir la desinformación. Prefiero definirme como un curioso investigador que tiene algunas ideas para aportar.
A finales de mayo se acercaron a mi funcionarios de la presidencia para averiguar un poco más sobre el trabajo que hacía públicamente. Los escuché y ellos también a mi y en un marco de conversaciones técnicas me ofrecieron un trabajo en la Secretaria de Comunicaciones.
Por supuesto fue un tema que medité, dada la larga tradición en Colombia, de la relación que ha existido entre trabajo de análisis de redes y temas oscuros y poco transparentes. Además, evalúe la conveniencia o no de ofrecer mi conocimiento a un ente gubernamental.
Siempre he creído en la transparencia y en el trabajo público así que acepté el trabajo. Una tarea enorme porque las primeras indagaciones revelaron un panorama peor al que yo analizaba desde hacía varios años.
Lo primero que hice fue crear un método para analizar el contenido público que circula en Internet y detectar las tres categorías de Disinformation que existen. Paralelo a ellos realice la lectura de más de 50 documentos que ofrecen sugerencias acerca de cómo abordar estos temas desde miradas públicas. Revisé sentencias de la Corte, Manuales de Debuking, Prácticas internacionales y todo documento que ayudara a construir conceptualmente el informe. (Cualquier persona puede pedirme documentación del tema)
Hice varias pruebas piloto, intenté hacer debuking a varios contenidos y concluí que lo mejor que se podría hacer era presentan un Informe Técnico al país que diera cuenta de lo que estaba pasando.
Definí que el objetivo de la Investigación sería el de entender el origen y el impacto de la Disinformation y su relación con el ecosistema informativo del país.
Iniciando el mes de agosto recibí el visto bueno de la dirección de la Secretaria de Comunicaciones para la creación del Informe. Y desde ese día hasta hoy realicé avances que dejan la investigación en un 40% de avance.
Creo que nunca dimensioné la cantidad de actores que no quieren que se toque el tema de la desinformación en Colombia.
En mi vida personal tuve que lidiar por meses con Fanáticos Religiosos, Extremistas religiosos, Fanáticos políticos, Bots, Cyborgs, Botnets con miles de cuentas, políticos, agencias de relaciones públicas, medios de comunicación con ningún estándar profesional que me acusaron de todo tipo de situaciones sin dejarme ofrecer una versión de los hechos. Súmele a esto partidos políticos enteros, candidatos a la presidencia, empresas privadas con intereses públicos y otro sin número de actores.
Recibí más de cinco amenazas personales de muerte. Una de ellas de un actor no anónimo fácilmente identificable quien me acosó en línea afirmando que estaba listo a pagar 300 mil pesos a un sicario para que me matara.
Tuve una llamada donde preguntaban por mi ubicación y mi lugar de vivienda. El sistema técnico de presidencia registró un incidente digital a mi computador de trabajo.
Todo lo anterior lo soporté por meses.
Todos los investigadores de Disinformation sabemos que esto hace parte del trabajo diario. Como parte de mi formación recibí clases que buscaban mi protección tanto personal como mental. De alguna manera estaba preparado para todo esto. Para mi no es ninguna novedad.
Llevo 15 años hablando de temas que tienen que ver con información, periodismo profesional y ciberseguridad. Pero todo tiene un límite y mucho más cuando se reduce la posibilidad de defensa ante injurias y calumnias.
La investigación que llevaba a cabo no tiene nada que ver con la cantidad de mentiras que se publicaron sobre mi labor. La baja calidad periodística intentó crear una serie de conspiraciones sin fundamento. Un ataque personal movido incluso por agencias de relaciones públicas que no les conviene que toque ciertos temas.
Teniendo en cuenta que mi labor es pública, y que siempre he creído en la transparencia, al final de este post dejo el Informe que le entregué a la Secretaria de Comunicaciones de Presidencia. Allí está consignado todos los avances, todos los detalles técnicos, conceptos, métodos y todo lo que logré realizar. Igualmente, una copia de mi carta de renuncia.
Agradezco mucho a las personas que piensan que se puede crear conocimiento que construya opinión pública y que tomaron la decisión de contratarme para tocar un tema del que poco se sabe y del cual nadie quiere asumir.
Informe Ejecutivo Entrega a Secretaria de Comunicaciones
Carta de Renuncia
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