La manipulación digital todo los días alcanza un nuevo nivel en las redes sociales.
Una página de Facebook llamada “Que Bonita Reflexión” está utilizando inteligencia artificial para crear una figura ficticia de “abuela consejera”, engañando a más de 1.1 millones de seguidoras, principalmente mujeres adultas que buscan orientación sobre crianza y vida familiar.

La estrategia no solo usa Qué Bonita Reflexión también otra página en Facebook que se llama ReflexionesySentimientosOficial donde 6.900 personas reciben contenido creado con IA a través de un canal que usa Messenger de Facebook y 5.000 personas más reciben contenidos falsos en el feed del portal.

Según la información del propio Facebook las páginas pertenecen a un grupo llamado Digital Powers que es una compañía que se identifica como “creadores de contenido”

El fenómeno resulta particularmente preocupante porque aprovecha la confianza y vulnerabilidad de madres y abuelas que, sin conocimiento sobre tecnologías de IA, creen estar recibiendo consejos de una persona real con experiencia vital.
Los creadores de este contenido iniciaron su estrategia con un video titulado “Deja que tus hijos piensen que eres Mala por corregirlos“. La pieza, que alcanzó más de 521,000 visualizaciones, presenta una narración generada por IA con música emotiva de fondo y un guion básico lleno de lugares comunes sobre crianza.
El éxito de la fórmula ha sido notable. En menos de cuatro meses, la página ha publicado 54 videos siguiendo el mismo patrón: una supuesta abuela dando consejos a madres, todo generado artificialmente.
Su contenido más viral, “Haz que tus hijos tiendan su cama todos los días”, alcanzó 17 millones de visualizaciones y más de 6,400 comentarios, superando las métricas típicas de medios tradicionales en Facebook.
¿Por qué hacer este contenido?
Más allá de lo dilemas éticos podría existir una razón monetaria. Desde un punto de vista es una especie de estafa que utiliza las suscripciones como metodología de monetización.
La suscripción a Qué Bonita Reflexión cuesta 8.900 pesos. La de Sentimientos Oficial 14.900. Las personas que acceden a pagar por ese contenido pueden hacer el pago usando su tarjeta de crédito.

La transacción se puede hacer en Colombia y tiene renovación automático para convertirse en un super fan.

Este caso plantea serias preocupaciones sobre el futuro del contenido digital. La facilidad con que se puede generar y monetizar contenido artificial de bajo costo amenaza la sostenibilidad del contenido de calidad producido por humanos.
Más allá del aspecto económico, surge el dilema ético de la manipulación emocional y el engaño deliberado a audiencias vulnerables.
Para los usuarios de redes sociales, especialmente aquellos menos familiarizados con la tecnología, se vuelve crucial desarrollar habilidades para identificar contenido generado por IA.
Este es un ejemplo del futuro de Meta ante la ausencia de verificadores. Prácticamente es un imposible técnico descubrir este tipo de contenido porque está diseñado para micronichos y las búsquedas de Meta no permitirán su ubicación.
El caso de “Que Bonita Reflexión” no es solo una anécdota aislada, sino un presagio de los desafíos que enfrentamos en la era digital. La monetización de contenido artificial plantea preguntas fundamentales sobre la autenticidad, la confianza y el valor real de lo que consumimos en internet.
¿Cómo podemos proteger a las audiencias vulnerables mientras preservamos los espacios para el contenido auténtico y valioso?
A Meta No le importa, Meta Monetiza
En un sentido estricto este contenido para circular en Facebook debería tener un identificador que le permitiera los usuarios identificar que es realizado con IA. Este contenido violaría las propias reglas de Facebook y su estándar de comunidad que habla de Manipulated Media.
“Para contenido que no infringe de otra manera las Normas Comunitarias, es posible que coloquemos una etiqueta informativa en el contenido, o rechacemos contenido enviado como anuncio, cuando este sea una imagen o video fotorrealista, o un audio con sonido realista, que haya sido creado o alterado digitalmente y genere un riesgo particularmente alto de engañar materialmente al público sobre un asunto de importancia pública”, concluye la norma.
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